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06 diciembre 2017

La venda transparente de los dirigentes de la LDF




“El que no sienta ganas de ser más, llegará a ser nada”. Miguel Unamuno

¿Estamos conformes con nuestra Liga Dominicana de Fútbol, en este  que estaba llamado a ser “el año de la consolidación”?. La pregunta surge porque en este 2017 la LDF tuvo escándalo sobre escándalo desde el principio hasta el final, siendo lo peor  como se manejó cada uno de estos casos. Por ejemplo recordemos cuando publicaron varias tablas de clasificación diferentes y nadie conocia el orden de clasificación de los equipos de la vuelta regular, el cambio de árbitro a 24 horas de la final, el fallo sobre la alineación indebida de Atlántico  F.C, y un arbitraje que en gran parte de la temporada dejó mucho que desear. Hubo al menos tres equipos que elevaron reclamos directos, pero al final luego de ciertas agitaciones nada fue trascendente, nada cambió y la improvisación sigue siendo la norma en el fútbol dominicano.

Pero, ¿por qué luego de un año tan turbulento las cosas parecen que van de mil maravillas?. Bueno aparentemente muchos mantienen un mutismo cómplice que poco a poco se ha ido comiendo por dentro a la LDF.  Hay dirigentes de equipos que saben que el fútbol es un negocio millonario si se sabe hacer, pero se han conformado con perder dinero por tres años consecutivos (no creo que ningún equipo este dejando ganancias). Muchos de ellos mantienen posturas que me extrañan bastante al ser hombres de negocios, y no expresar su preocupación con la poca seguridad económica y la falta de inteligencia comercial con la que se maneja la LDF.

Es que he llegado a creer que muchos dirigentes del fútbol dominicano (no solo de la LDF) tienen colocada una venda transparente, con la cual ven todo lo que pasa alrededor, aunque por la forma en que permanecen inmutables parecería que no. Delante de ellos los directivos del fútbol local, cometen errores y horrores, pero esto no parece preocuparles en lo más mínimo. Inclusive hay muchos que se meten en torneos cuyas reglas y objetivos no están muy claras y luego entran en el desconcierto. Si bien se aprovechan de la buena fé de algunos equipos que quieren salir a camino, son casi dos décadas bregando con ciertos personajes por lo que ya deberían conocer su modus operandi.

Pero algo que llama poderosamente la atención es que se nota cierta falta de cohesión entre los clubes, lo cual en el fondo no ayuda mucho a la hora de buscar alguna mejoría. La mayor prueba de que no hay una comunión de ideas entre los jerarcas de los equipos, es que todavía 3 años después de iniciada la liga profesional no se vislumbra en el horizonte una asociación de clubes. Al parecer se temen a las represalias de parte de las autoridades, las cuales tienen un amplio historial de suspensiones arbitrarias, expulsiones y represiones contra las voces disidentes o que cuestionen en lo mínimo su autoridad. Y claro es que las autoridades tienen miedo, porque ese sería el primer paso para hacer una liga independiente de la federación dominicana de fútbol, y hacer las cosas bien. Por eso se afanan a que entre el miedo y la confabulación de algunos, los equipos no puedan asociarse.

Los altos mandos de los equipos de la LDF están lejos de ser culpables de lo que pasa actualmente  en la fútbol local, no obstante tienen una responsabilidad histórica con el fútbol dominicano que al parecer no comprenden. Son un oasis de esperanza para cambiar el balompie local luego de casi dos décadas de estacamiento. ¿Acaso seguirán jugando un “fútbol en paz”?, como dicen algunos para los cuales paz es sinónimo de sumisión y complicidad, o ¿podrán quitarse la venda transparente y abrir sus mentes para provocar un cambio, que logre  convertir el balómpie dominicano en un negocio donde ganemos todos?. El fútbol dominicano está esperando por sus respuestas, porque muchos aquí queremos ser más.

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