La Selección U20 de
la República Dominicana tiene un compromiso histórico a partir del próximo 1ero
de noviembre cuando esté con otros 34 equipos en el Campeonato U-20 de la
Concacaf en el condado de Bradenton en Florida. Desde el 1980 una selección
dominicana de esta categoría no jugaba en una competencia a nivel de
Confederación. Esto ha sido posible por el cambio de formato del torneo (solo
faltaron 7 de las 41 selecciones nacionales de la Concacaf), el cual forma
parte de las nuevas políticas del máximo organismo de fútbol de la región para
aumentar la competencia de los equipos nacionales.
En el último año
los juveniles guiados por Orlando Capellino han jugado siete partidos amistosos. Los resultados han sido
mixtos con dos victorias ante Cuba el año pasado, dos derrotas e igual número de empates frente
a Panamá este año, y un reciente triunfo frente a Puerto Rico (ya en
Bradenton). A pesar de que se prometieron más partidos amistosos contra Haití y
Cuba, los mismos no llegaron debido a la bien conocida falta de gestión de los
que manejan (Bob Soccer School un equipo de 2da División logró gestionar un
amistoso aquí con los cubanos).
Los quisqueyanos
compartirán el Grupo C, con Cuba, Belice, Antigua y Barbuda, Honduras, y Sint
Marteen. Los hondureños son los favoritos para llevarse el primer lugar del
grupo y pasar a la segunda ronda del torneo. Cuba es el segundo equipo de mayor
cartel y el único que tal vez podría representar algún escollo en el camino de
los catrachos. Para el equipo dominicano un muy buen resultado sería quedar en
segundo lugar validando las dos victorias contra los cubanos de hace un año,
vencer a Honduras (el primer partido en nuestro calendario) aunque posible, se
antoja difícil debido a que es un país con mayor bagaje futbolístico que el
nuestro. Los demás enfrentamientos en el papel parecen fáciles y deberían ser
victorias.
El principal reto
del equipo es anotar goles, en ninguno de los últimos 7 partidos han anotado
más de 1 gol y en total solo han marcado 6 goles en esos encuentros. La
ofensiva ha estado pálida y el entrenador tendrá que rediseñar sus esquemas
para poder ser más ofensivos, y dominar más los partidos, porque en realidad
tenemos talento para eso.
Estamos frente a
una gran generación de jugadores sub20, y esto no es una casualidad. La llegada
de la Liga Profesional (que ofreció en
menor o mayor medida un escenario a estos jugadores), la proliferación de las
academias de fútbol base, y los torneos independientes de categorías inferiores
como el Campeonato XS y la Liga Promises, han ayudado a mejorar el perfil de
nuestro jugadores juveniles. A esto podemos sumar el reclutamiento de algunos jugadores juveniles de Europa lo que
le da un factor de calidad adicional a la selección.
El torneo será una
vitrina para exponer nuestros jóvenes talentos a la región y potencialmente
exportarlos. Ya tenemos un jugador que logró emigrar, Erick Paniagua del
Atlético San Cristóbal está con el Club Atlético Independiente en la Liga de
Reservas de Panamá, y no ponemos en duda de que otros podrían seguir su camino.
Pero lo más importante, es que este torneo representa el primer gran reto
continental de una generación de jugadores que está llamada a ser la base del
equipo mayor en las grandes competencias
continentales de la próxima década (Liga de Naciones, la Copa Oro), y quizás
tal vez ellos podrían ser los que alcancen el sueño platónico de ir a la
Copa Mundial de Fútbol en el 2026.
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