Arrastrando todo lo anterior y una vez superado esto los galenos son
convocados para la oposición en cuestión pero además de la desigualdad a la que me refería
anteriormente , una mala gestión e irresponsabilidad de las universidades privadas con la matriculación lucrativa de los 7 años ,el descontrolado numerus apertus
de la UASD y la falta de planificación de nuestro liderazgo médico predecesor
se combinan para compelerte a luchar por el 4/5 (cuatro de cada 5 personas que
conoces reprobaran en promedio) este es el equivalente actual de 5000 médicos
para 1000 plazas, lo que nos deja una tasa del 20% de probabilidades para
evitar que los mismos actores sigan jugando con
tu futuro o se prologuen tus sueños en el tiempo.
Ingresan
800 médicos a las plazas ofertadas, lo cual es fenomenal. ¿Pero qué hace el
estado con los 4,200 profesionales restantes? Simplemente se desentiende, no han creado
condiciones para ofrecerles oportunidades de trabajo real, aunado a esto, la
saturación de médicos en los Call Center y los mediocres 200 dólares por 3
noches de amanecidas que te ofrece el sector privado no son una solución
responsable a este problema.
Entonces una vez fracasado el examen y ante la falta de oportunidades
laborales y académicas reales en su
país, muchos de estos médicos recién graduados albergan sus esperanzas en las
becas ofrecidas por el MESCYT, las cuales a mi juicio personal son una falta de
respeto al profesional al menos en el ámbito médico, estas se escuchan
maravillosas, pero cuando ahondas en ellas las mismas parecen más un efecto
publicitario (técnicas sofisticadas de última generación y con avance de ultimo
nivel en preparado de chocolate de agua), que busca crear una imagen de progreso
ante la sociedad de la institución que
las gestiona. Sin embargo no
aparentan estar pensadas con un estudio de mercado de necesidades reales para
redituar a la nación dominicana ni a la persona en cuestión.
Pero muchas de estas maestrías ofrecidas carecen de una base objetiva, y
adolecen de una falta de sincronización con el contexto social, económico y laboral en nuestro país. Hay ofertas de estudios novedosas y llamativas, sería un error intentar extrapolarlas más allá de las fronteras donde han sido concebidas, pues son diferentes realidades, siendo mercados
distintos, con poblaciones, modus operandis y culturas disímiles. Si, es loable
poder hacer una maestría o un estudio de postgrado en cualquier otro país, no obstante lo
negativo es que después de hacerlas no tengas el campo para desarrollar lo
aprendido como sucede en República Dominicana.
¿Es
todo un panorama oscuro? No, si bien es cierto que los problemas descritos
arriba, son en parte una herencia acumulada de la falta de planificación y el
lucro personal carente de objetividad, no menos cierto es que al día de hoy la
República Dominicana tiene una de las hibridaciones ancladas al motor de las
nuevas tecnologías de la información, la globalización y las novedosas tendencias
exponenciales de la era de las aceleraciones más interesantes de analizar.
Para ilustrarlo, siempre suelo utilizar el ficticio ejemplo del chico
pobre de un barrio marginado del quintil más bajo en RD, el mismo arropado por
la pobreza extrema de esos lugares a menudo es estereotipado como un desdichado
más. La historia cambia cuando este
chico no sigue el ejemplo tradicional de sus compañeros y en vez de invertir
los recursos de la merienda de la escuela
en pelea de betas,
los invierte en una hora de su centro de internet o locutorio y empieza a
recibir gracias a una plataforma tipo MOOC una clase virtual gratuita impartida
por eminencias docentes de las mejores universidades del primer mundo. En este punto quizás
él siga siendo un chiquillo pobre, pero ahora puede hablar de ciertos temas a
primer nivel debido a las clases que ha recibido.
De
la misma manera nuestras escuelas de formación médica especializada aun
carentes de recursos deben entender estos cambios disruptivos aprovechándolos a
su favor, es necesario cambiar la cultura del patrón loro de "reproductores de
conocimiento", (Harrison dice, Schwartz dice, Sabiston dice), basado en pura
memoria y falta de razonamiento lógico cuando es precisamente este tipo de
forma de pensar aunado a la creatividad lo que está propiciando los grandes
cambios en la sociedad actual. Ya muchos cuentan con una gran memoria física basada en giga bytes, y también con una nube digital de almacenamiento cuasi infinito, por lo que no es sensato seguir
acumulando conocimiento volátil. Tenemos que empezar a "crear conocimientos"
basados en racionalidad lógica que sea consumibles en otras partes del
mundo, el "Guacanagarix" de medicina
interna debe ser
nuestro aspiracional, si bien en la práctica la
financiación en investigación es difícil y amerita la responsabilidad de
diversos sectores al menos este debe ser nuestro el enfoque.
También es cierto que debemos de cambiar la visión con respecto a
nuestro posicionamiento en el mundo. Viajar y conocer otra cultura enriquece tu
desarrollo personal y te permite comparar algunas realidades, pero los
escenarios han cambiado mucho con respecto al desarrollo de nuestros
predecesores docentes. muchos de estos se desarrollaron en un contexto de ‘fuga
de cerebros´ la emigración de científicos y profesionales de su país de origen
por falta de oportunidades de desarrollo en sus respectivas áreas de formación,
motivos económicos o problemas políticos y condicionaron en mayor medida las
historias con las que hemos venido creciendo en el ámbito médico, el doctor
realizo una especialidad en Francia y vino a República Dominicana era frecuente escuchar, pero
actualmente con la difusión permitida por las nuevas tecnologías digitales y la
globalización que experimenta el mundo, se produce un fenómeno nuevo de circulación de cerebros, de lo que resulta
que estando en Japón puedo impartir mi primera clase de nanotecnología a tiempo
real compartiéndola con mi escuela de formación en RD o viceversa, el mismo
contexto me permite dirigir una escuela virtualmente de lunes a jueves e ir
presencialmente de viernes a domingo a mi país de origen, no obstante el
panorama ha cambiado. Tengo la mejor bibliografía, las mentes más brillantes y
los mejores escenarios gráficos al alcance de mi mano y con el poder de mi aparato digital portátil.
En
lo personal estoy convencido de que el mejor médico dominicano no tiene nada
que envidiarle al mejor médico de Japón, USA o cualquier otra parte del mundo,
tampoco es necesario que un médico graduado en Harvard nos diga que somos
perfectos en nuestras destrezas, desde
mi punto de vista hemos evolucionado vertiginosamente en los últimos años y quizás
nuestra economía no nos permita actuar directamente en los grandes avances de
la medicina regenerativa, las terapias génicas como la edición CRISPR, la
bioimpresión de órganos y la clonación terapéutica pero estamos tan
actualizados y a la vanguardia de estos cambios como el que más, y poco a poco
nos estamos haciendo parte de estos debates
en la gran aldea global donde nunca ha sido más fácil destacarse como
ahora gracias a la tecnologías de la información.
Hace muchos años entendí lo que un eminente profesor de salud y sociedad
de la UASD trato de impregnarnos como una de sus enseñanzas principales, si le
quitas las carencias económicas a nuestras universidades y hospitales a nivel
intelectual y en cuanto a capacidad
profesional se refiere la República Dominicana no tiene nada que envidiarle a
ningún país.
El autor es Médico Inspector del Estado Español.
El autor es Médico Inspector del Estado Español.
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